lunes, 14 de noviembre de 2011

PLAN HAUSSMANN PARA PARÍS




RENOVACION DE PARÍS POR EL BARÓN HAUSSMANN
Las transformaciones de París durante el Segundo Imperio constituyen una serie de modernizaciones vividas por la capital francesa de 1852 a 1870 y llevadas a cabo por Napoleón III y el barón Haussmann.
Los trabajos se llevaron a cabo en toda la ciudad, tanto en el corazón de París, como en los barrios periféricos: calles y bulevares, restauración de fachadas, remodelación de los espacios verdes, mobiliario urbano, creación de un alcantarillado y trabajos de conservación en monumentos públicos.
Esta reforma urbanística fue violentamente criticada por algunos de los contemporáneos de Napoleón III, aunque acondicionó el uso diario de las calles por parte de los ciudadanos. Esta obra puso el fundamento de la representación popular de la capital francesa al mundo, sobreponiéndose a los estrechos callejones del viejo París y creando anchos bulevares y grandes plazas.

la tecnología moderna como los ferrocarriles y las lámparas de gas eran mejoras que la burguesía en auge podía disfrutar en un estilo de vida más cómodo. Con la renovación, se crearon “nuevos espacios en los que la burguesía hizo ostentación de su nueva riqueza, creando una economía floreciente”. Todos los ejemplos de cambios que acontecieron en París en esta época pueden verse en representaciones de la ciudad.
Hay dos perspectivas sobre el Barón Haussmann:
1.   Una la representa como el hombre que destruyó el París antiguo.
2.   La otra como el hombre que creó el Nuevo París.
Gracias a esta intervención la ciudad se transformó en menos de dos décadas dejando de ser una ciudad medieval para convertirse en la ciudad más moderna del mundo.

Por otro lado, las reformas urbanísticas propias del siglo XIX no fueron exclusivas de París, pero esta ciudad fue pionera. Obedecían a unas necesidades objetivas:
·         Incremento de la población.
·         Exigencia de unas construcciones y un urbanismo más higiénico frente a las epidemias como la peste o el cólera.
·         Adaptación del centro de las ciudades a los nuevos medios de transporte como el ferrocarril.
La historiadora Shelley Rice, en su libro Parisian Views escribe que «la mayoría de los parisinos durante [la primera parte del siglo XIX] consideraban [las calles] sucias, populosas, e insalubres... Cubiertas de lodo y chabolas improvisadas, húmedas y fétidas, llenas de signos de pobreza así como huellas de la basura y los desperdicios dejados por el defectuoso e inadecuado sistema de alcantarillado...» Para aquella gente, Haussmann estaba llevando a cabo un servicio muy necesario, para la ciudad y para Francia.
Qué feo parece París después de un año de ausencia. ¡Cómo se ahoga uno en estos pasillos oscuros, estrechos, húmedos y fríos a los que nos gusta llamar calles de París! Uno pensaría que se encuentra en una ciudad subterránea, ¡tan pesada es la atmósfera, tan profunda la oscuridad!(El Vizconde de Launay, 1838 (citado por Rice, pág. 9)

Asi pues, Napoleón III encargó a Georges-Eugène Haussmann el 22 de junio de 1852 que “modernizara” París. Al contratar a Haussmann confiaba en que París pudiera convertirse en una ciudad con calles más seguras, mejores casas, comunidades más salubres, hospitalarias y que facilitaran las compras y lograr, además, mayor fluidez en el tránsito.
Los cambios fueron posibles gracias a la mejora en la técnica y, además, a la adaptación de las leyes, permitiendo la expropiación forzosa cuando el Derecho liberal tradicional concebía la propiedad privada como un derecho ilimitado.
Haussmann eliminó muchas calles antiguas, serpenteantes y derribó casas de apartamentos. Las reemplazó con anchos bulevares, flanqueados por árboles y creó extensos jardines por los que París es hoy en día famoso.
El plan de Haussmann incluyó también una altura uniforme de los edificios y elementos de referencia como el Arc de Triomphe y el Gran Palacio de la Ópera. La obra en paseos y jardines fue responsabilidad del ingeniero civil Jean-Charles-Adolphe Alphand.
Pero, además de conseguir sus objetivos de mejoras sanitarias y de comunicación, la renovación sirvió para finalidades políticas. Y por ello la obra de Haussmann fue especialmente aplaudida por las clases enriquecidas, mientras que parte del pueblo parisino sintió que las obras de Haussmann destruían sus raíces y conexiones sociales.
ü  En primer lugar, logró desplazar a las masas obreras del centro de las ciudades a los barrios de la periferia. La clase que más sufrió en el pasado las condiciones de vida medievales del antiguo París se exilió a los suburbios por la haussmannización, puesto que los barrios bajos fueron limpiados y sustituidos por apartamentos para la burguesía.

ü  Y, en segundo lugar, el nuevo plan de la ciudad dificultaba revueltas como las de 1830 y 1848, por la vía de impedir físicamente la colocación de barricadas (fácil en estrechas callejuelas medievales, difícil en anchos bulevares) y facilitar la labor de las fuerzas del orden a través del rápido desplazamiento por las calles y la colocación estratégica de edificios oficiales como los cuarteles. En este sentido son reformas que se pudieron al servicio de regímenes políticos conservadores. Cuando contrató a Haussmann, Napoleón III también tenía pensada esta finalidad de conseguir calles demasiado anchas para que los rebeldes construyeran barricadas a lo largo de ellas y donde pudieran circular batallones en formación y la artillería, si se diera tal necesidad. Haussmann creó anchas avenidas unidas con las principales estaciones de tren, de manera que las tropas de provincias pudieran estar operativas en un corto periodo de tiempo (por ejemplo, el boulevard de Strasbourg cerca de la Gare de l'Est y Gare du Nord).
Así, esta obra realizada durante el Segundo Imperio es una de las circunstancias que contribuyeron a la rápida represión de la comuna de París en 1871: desde la revolución de 1848, Adolphe Thiers se había obsesionado con aplastar la siguiente y previsible rebelión parisina. Por tanto, planeó abandonar la ciudad y retirarse, de manera que pudiera tomarla de nuevo con más fuerzas militares. Fue el diseño Haussmann de calles y avenidas, combinadas con la nueva importancia que adquirió el ferrocarril, lo que facilitó el triunfo de este plan, y Adolphe Thiers aplastó fácilmente la Comuna de París.
Las trascendentales reformas llevadas a cabo siguen rigiendo la fisonomía y el funcionamiento de París aun hoy en día. Así los famosos bulevares del centro de la ciudad se conservan con el mismo trazado original proyectado por Haussmann. Uno de ellos ha recibido el nombre de Boulevard Haussmann en su honor. Obras de infraestructura como las canalizaciones de agua siguen funcionando 150 años después.
La renovación de París animó a cambios urbanísticos en otras ciudades. El ejemplo de París fue seguido por ciudades como Londres (reforma de Joseph Bazalguette, 1848-1865), Viena (demolición de murallas y creación de la Ringstrasse, 1857), Florencia (ampliación, 1864-1877), o Bruselas (1867-1871). También el trazado de Moscú muestra influencias haussmannianas.
Inspiró algunos de los movimientos arquitectónicos más influyentes, entre ellos, el movimiento City Beautiful en los Estados Unidos. De hecho, el renombrado arquitecto estadounidense Daniel Burnham tomó libremente del plan de Haussmann e incluso incorporó los diseños de calles diagonales en su Plan de Chicago de 1909.
En España se respetó por lo general el centro histórico, desarrollándose el urbanismo decimonónico en nuevos barrios o ensanches: Madrid (Carlos María de Castro, a partir de 1860), Barcelona (Ildefons Cerdà, proyecto aprobado en el mismo año), San Sebastián (desde 1864) o Bilbao (desde 1876). La ciudad lineal de Arturo Soria es más original respecto al modelo de Haussmann.

Dentro de la renovación de París se tienen varias construcciones muy importantes, dentro de las cuelas tenemos las que se encuentran en la avenida de los Campos Elíseos.
·         EL ARCO DE TRIUNFO: El Arco de Triunfo de París (Arc de Triomphe, en francés) es un arco de triunfo ubicado en el VIII Distrito de París, en la plaza Charles de Gaulle —antigua Place de l'Étoile—, en el extremo oeste de la avenida Champs-Élysées, a 2,2 km de la Plaza de la Concordia. Construido entre 1806 y 1836, es probablemente el arco de triunfo más famoso del mundo.

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